Estigma
Una de las barreras más importantes para recuperarse de un trastorno mental es afrontar las actitudes negativas de la gente. Eso a menudo supone aislamiento social y discriminación por el solo hecho de haber tenido un trastorno. La salud mental sigue siendo un tema tabú a nuestra sociedad, rodeado de prejuicios, ignorancia y miedo.
Una actitud positiva y de apoyo por parte de familiares, amigos, compañeros de trabajo, servicios de salud, profesionales y otros miembros de la comunidad hacia la gente con trastorno mental es vital para asegurar su calidad de vida y su recuperación.
El estigma hace referencia a la atribución de calidades negativas y despectivas sobre un colectivo de personas, que pasan a ser vistas, pensadas y tratadas a través de un prisma construido sobre prejuicios y falta de información. A las personas con problemas de salud mental se nos considera imprevisibles, incapaces para trabajar y tomar decisiones, poco inteligentes, débiles y agresivas. Estereotipos todos que no se corresponden con la realidad, pero que influyen en las actitudes y comportamientos que los demás tienen hacia nosotros.
Este estigma y la discriminación como consecuencia son la principal barrera que encontramos para la recuperación, el bienestar y, en definitiva, tener una vida llena y normalizada.