El pasado viernes vivimos una jornada especial en nuestra residencia Alena Coslada, llena de sabores tradicionales y mucha alegría compartida.
Durante el almuerzo, nuestros residentes pudieron disfrutar de un plato típico madrileño que evoca recuerdos y raíces: unos sabrosos callos a la madrileña preparados con mucho cariño por nuestro equipo de cocina. El ambiente estuvo cargado de buenos aromas, conversaciones animadas y sonrisas agradecidas.
Pero la celebración no acabó ahí. Por la tarde, tuvo lugar una de nuestras citas más esperadas: la celebración de los cumpleaños del mes. Acompañados de música, aplausos y mucho cariño, soplamos velas con quienes cumplían años, y todos pudimos degustar dos exquisitas tartas: una tarta de San Marcos, con su inconfundible sabor tradicional, y otra de chocolate, perfecta para los más golosos.
Este tipo de momentos van más allá de la gastronomía: fortalecen el sentido de comunidad, nos conectan con nuestras costumbres y nos permiten seguir celebrando la vida, día a día.
Gracias a todo el equipo que lo hizo posible… ¡y muchas felicidades a nuestros residentes!